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Presentación

Los registros constituyen la base de la cartografía temática, es decir, mapas a diferentes escalas sobre las unidades de vegetación en cada una de las regionales naturales del país, en los cuales se mencionan las superformaciones o clases, grandes formaciones u órdenes, formaciones o alianzas de vegetación.

Es así como manglares, frailejonales, palmares, pastizales y la vegetación de bosques altos y bajos, entre otros ecosistemas, aparecen reseñados en detalle en los diferentes mapas de vegetación regionales.

En Bogotá, la presentación se realizó en el auditorio de la Fundación Friedrich-Ebert-Stifung en Colombia (Fescol), en alianza con Foro Nacional Ambiental. El director de Fescol en Colombia, Oliver Dalichau. agradeció la elección de este recinto para presentar el nuevo mapa.

La información recopilada y previamente ordenada se transfirió al Sistema de Información sobre Biodiversidad (SIB) que coordina el Instituto Humboldt y será el MADS el que decida en qué plataforma se van a alojar los mapas de vegetación para consulta pública. “En el SIB alojamos esta información y todos los datos relacionados con recursos naturales que estén debidamente soportados”, mencionó el ingeniero Ricardo Ortiz, del von Humboldt.

“Queremos que la gente tenga acceso libre a la información y que se revise lo que ya está hecho para no repetir sobre lo realizado y avanzar con nuevas investigaciones optimizando recursos”, señaló el profesor Rangel, quien también destacó el profundo estudio realizado por el equipo de investigación que durante la temporada de confinamiento por la pandemia de COVID-19, se concentró en la documentación y recopilación de toda la información disponible para el mapa.

Las Regiones Naturales

El caracolí, como se conoce popularmente a este árbol (A. excelsum), que puede alcanzar hasta los 30 metros de altura, común en las vegas de los ríos y humedales, es una de las especies nativas que más abundan en el territorio colombiano y en particular en el Caribe. A esta se suman los mangles del Caribe y del Pacífico, las palmas de la Orinoquia y la Amazonia y, por supuesto, los frailejones de los páramos ubicados en la región andina.

Algunas de estas especies ya conocidas, constituyen una parte de las cerca de 70 millones de hectáreas de bosques nativos registradas -incluidas los 13 millones de áreas protegidas- en el primer mapa de vegetación natural de Colombia y que confirman por qué somos el segundo país más biodiverso del mundo.

Esta herramienta tecnológica fue generada para saber qué vegetación nativa tenemos y dónde se encuentra (remanentes o relictos originales). Un nuevo abanico de información que se despliega dando cuenta de las diferentes categorías de unidades o tipos de asociaciones en las regiones de Colombia, desde las comunidades más sencillas, como prados de musgos, cardonales y herbazales, hasta las más complejas como los bosques de robles y los diversos palmares.

Tener datos confiables y actuales sobre la vegetación del país, le permitirá a las autoridades ambientales nacionales y regionales, así como a las comunidades, identificar cuáles son los tipos de vegetación tratados a diferentes escalas fito-ecológicas con que cuenta el país, para valorarlos y preservarlos.

Robledales, palmares y bosques de encenillos de los Andes

La región andina o cordillerana de Colombia concentra la mayor expresión de la biodiversidad a en todas las escalas y grupos  de plantas y animales. En el gradiente topográfico entre 50-100 m y las cumbres con los glaciares, se establecen variados tipos de vegetación que responden a las fluctuaciones en los montos de las lluvias y en la temperatura. También en la región andina se da la mayor expresión de la ocupación de su territorio ya que acoge al 70% de los colombianos, razón fuertemente ligada al proceso de transformación y perdida de la variada vegetación que cubría las laderas.

El flagelo que atenta contra nuestros bosques y selvas es la deforestación. Por ejemplo, solo en el Magdalena Medio, se pasó de tener una superficie de bosques de 5.823.469 ha en 1959, a 2.170.000 ha en 2004, lo que evidencia una tasa de deforestación de 81.188 ha/año, que lleva a incorporar el terreno a cultivos comerciales e ilícitos, entre otros. Solo para cultivos de coca fueron deforestadas 3.000 hectáreas cada año en el lapso de estudio, en 27 de los 98 municipios que conforman esta zona.

No obstante esta situación, en el mapa se advierte que 46 % de la región Andina aún se encuentra cubierta por vegetación original. En esta zona fueron caracterizadas 52 alianzas/formaciones de bosques, en un área aproximada de 13,5 millones de hectáreas.

Las cuatro unidades boscosas con mayor extensión, con el 44 % de los bosques andinos, corresponden a los palmares mixtos del Chamaedoreo pinnatifrondis – Sloaneion brevispinae,del Calatolo costaricensis – Wettinion kalbreyeri, de Wettinio fascicularis – Colombobalanion excelsae y a los robledales del Billio roseae – Quercion humboldti.

Frailejones, musgos y líquenes en los páramos

En otras regiones, como las de páramo, el mapa evidencia la heterogeneidad territorial y biótica, mientras algunos son muy húmedos, otros son semihúmedos, secos o muy secos. Estas formaciones albergan 2.953 especies de plantas con flores, es decir, el 12% del total de Colombia; 457 especies de musgos, que representan el 47% de todas las existentes en el país; 361 líquenes de los 1.562 a nivel nacional que equivale al 23% de este grupo y 428 de hepáticas (51% del total nacional)

Además de la rica diversidad vegetal, en estos páramos abundan mamíferos como el venado cola blanca, el puma concolor, conejos primates y el zorro perro, entre otros. Entre la riqueza de aves se destacan especies como Metallura iracunda, Gallinago paraguaiae – Caica común y Anisognathus lacrymosusTangara lacrimosa. En cuanto a anfibios, se registran ranas como Pristimantis cuentasi, Hyloscirtus platydactylus y Pristimantis reclusus.

En la región paramuna se diferenciaron 48 alianzas/formaciones en una extensión aproximada de 1,7 millones de hectáreas, observando predominancia de tres formaciones con el 40 % de la vegetación paramuna, particularmente los frailejonales de Espeletio colombianae – Calamagrostion effusae, los matorrales bajos de Acaeno elongatae – Hypericion phelli y los pajonales de Calamagrostio bogotensis -Arcytophyllion nitidi.

Mangles, robledales y más en el Caribe

Pasando a las regiones del Caribe y del Pacífico, se muestra la variedad de especies de mangles, así como la variabilidad de la riqueza vegetal de angiospermas (plantas con flores) con relación al monto anual de las precipitaciones.

Según el magíster en Biología, Jhon Infante, del equipo de investigación que elaboró el mapa de la vegetación actual, en la zona del Caribe se han caracterizado alrededor de 60 formaciones o grandes grupos de vegetación a nivel de alianza fitosociológica establecidas desde áreas secas y desérticas, en el departamento de La Guajira, pasando por manglares de las zonas costeras, hasta zonas montañosas en el Cesar, Magdalena, La Guajira y parte de Antioquia.

La alta heterogeneidad paisajística de región, se traduce en mosaicos de vegetación de playa y matorrales en las áreas más secas, manglares en las áreas costeras y una variedad de bosques y matorrales en la medida en que se avanza hacia lugares montañosos.

En la Guajira, no obstante, su condición desértica y poco habitada, es una de las zonas del país donde hay mayor cubrimiento de la vegetación nativa (cardonales, matorrales espinosos).

Alta diversidad y cobertura nativa en el Chocó Biogeográfico

En el Chocó Biogeográfico -región Pacífica- con jurisdicción en 5 departamentos y 52 municipios, se caracterizaron 25 alianzas, 10 órdenes y nueve 9 clases de vegetación, lo que muestra una alta diversidad, representada principalmente en manglares (Rhizophora mangle y R. harrisonii), natales (Mora megistosperma, terrazas (bosques de machare Simphonia  globulifera), guandales (Cuangariales-con especies de Virola, Otoba). cativales (Prioria copaifera), vegetación acuática de pantano (arracachales con Montrichardia arboresecens), panganal(Raphia taedigera), naidizal(Euterpe cuatrecasana), y selvas de serranías (Cavanillesia platanifolia) y colinas medias – altas (Brosimum utile).

La pérdida total de vegetación natural del Chocó biogeográfico es del 17,8% aproximadamente, precisa el experto ingeniero ambiental Fernando Jiménez, autores del mapa, junto con Noralba Carvajal, Geidy Asprilla, Edsson Nagle y Orlando Rangel.

La zona de mayor pérdida de coberturas naturales en la subregión Chocó Norte se presenta en los municipios de Unguía, Acandí, Turbo, Chigorodó, Apartadó, Carepa, Mutatá y Belén de Bajirá, en tanto que el Chocó Sur se presenta en los municipios de Tumaco, El Charco, Guapi, La Tola y Buenaventura.

Bosques, palmares en la Amazonia

Al trasladarse a la Amazonia con cerca de 8.000 especies de plantas con flores, la riqueza de la vegetación se expresa en variados tipos de bosques, palmares, bosques mixtos que se reúnen en cuatros superformaciones los palmares mixtos de Iryanthera hostmannii y Oenocarpus bataua(palma mil oesos), los guandales de Virola flxuosas e Inga puncttat, los bosques de laz zonas de transeicion conb la oroinoquia con Brosimum lactesens y Amphirrox longifoliua y los pamares  mixtos e mauritua dflexuosas(canaguche). Incluios en la vastra planicie aparecen los aflrameintos rocosos guayaneses con los matorrales-herbzazakes de Bonnetia sessilis y especes de Lagenocarpus y Syngonanthusl.  Las formaciones o alizanzas de mayor cubrimento en la región son los bosques de Ocotea acyohylla(agaucatillo) e Iryanthera hostmannii y los plamares mixtos de Eschweilera coruacea(cabuyo) y Euterpe precatoria.

Esta extensa zona del país cuenta, además, con áreas especiales como la isla Mocagua y la el P.N.N. Amacayacu, con su riqueza particular de flora y fauna.

Pastizales y palmares de la Orinoquia

En la extensa región de los llanos Orientales, fueron cartografiadas 24 alianzas/formaciones de bosques con una extensión aproximada de 7,4 millones de hectáreas, donde predominan los palmares mixtos del Attaleo maripae – Iryantherion laevis con cubrimiento del 49 % de las áreas boscosas, según advierte el biólogo Larry Niño, doctorando de la UNAL y autor de la metodología tecnológica para la elaboración del mapa.

En cuanto a los pastizales naturales, se caracterizaron 20 alianzas/formaciones en cerca de 9,6 millones de hectáreas, las cuatro formaciones con mayor extensión, con el 45 % del área corresponden a los pastizales de Paspalo pectinatiAxonopodion aurei, los del Axonopo aurei – Trachypogonion spicati, los del Paspalion carino – pectinati y los del Rhynchosporo barbataeAxonopodion ancepitis.

Agentes transformadores de la vegetación original

El mapa, en general muestra las zonas donde permanecen las áreas con vegetación natural(original), y las que no tiene esta condición porque fue transformada por diversas causa cómo la ganadería extensiva, la extensión de la frontera agrícola, los monocultivos, la industria extractiva -petróleo y minerales-,  el uso de la madera, los procesos de colonización, han ido transformando las coberturas originales del territorio colombiano. A estos agentes transformadores se suman las obras civiles y la tendencia urbanizadora.

En este aspecto y frente al cambio climático, el mapa también es una referencia válida sobre los riesgos de pérdida de la biodiversidad ante el aumento de las acciones relacionadas con el cambio climático.

Cerca de 4.000 inventarios de bosques y otros tipos de vegetación fueron recopiladas de diferentes regiones del país. El procesamiento posterior que incluyo, actualización taxonómica de los nombres de las especies, confirmación de información geográfica, elaboración de análisis especializados para diferenciar las unidades de vegetación que sirvieron luego de fuente básica para el proceso de la cartografía, sintetizan la documentación sobre los estudios de vegetación elaborados hasta ahora.  Este nuevo instrumento útil para trazar la política ambiental, es pionero en Latinoamérica.

Desde 1891, cuando el general Vergara y Velasco elaboró  un mapa en el cal se diferenciaban los bosques y selvas de las áreas altas y bajas del país, con énfasis en las plantas con usos potenciales, no se había elaborado uno de vegetación natural como el que le acaba de entregar a Colombia el grupo de investigación en Biodiversidad y conservación del Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Colombia, en asocio el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, MADS, y con los institutos Alexander von Humboldt, IAAP, Ideam y Sinchi.

Hoy, gracias al mapa de la vegetación natural, se sabe cuánta superficie de Colombia mantiene la vegetación original, dónde se encuentra y, quizás, lo más importante, se ofrece la visión integral de las condiciones del territorio en este aspecto.

De esta manera, se dispone del conocimiento fundamental para que el país pueda contribuir a controlar los efectos de una de las manifestaciones del cambio climático, el aumento del CO2 y la manera más expedita para mitigarlos, recuperar la vegetación original de los bosques y selvas del pais con mayor capital natural del globo: Colombia.

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