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Una herramienta para recuperar y regenerar territorios degradados: MADS

El proyecto surgió como una de las metas del Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022 en el que se planteó, entre los grandes retos del país, la restauración de 301.900 hectáreas.

Dicho logro se enmarcó en otra meta sombrilla que contempla la conservación de 701.900 hectáreas en las cuales se pueden impulsar sistemas agroforestales y silvopastoriles, entre otras estrategias que atienden a la Década de la Restauración convocada por la Organización de Naciones Unidas, como un desafío para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Así lo explica Carlos Andrés Suárez, funcionario  de la Dirección de Bosques, Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos del MADS, quien se encuentra vinculado a esta iniciativa, por medio de la cual se espera ofrecer información detallada y completa -documentada en la historia y registrada en exploraciones de campo- sobre la vegetación nativa del territorio colombiano, lo que le permitirá a las autoridades ambientales, nacionales y regionales, contar con una hoja de ruta a la hora de planear el desarrollo de sus respectivas regiones, ya sea en materia de obras de infraestructura, modelos agroecológicos o proyectos industriales.

En su opinión, se trata de un gran aporte interinstitucional y de una valiosa información en términos científicos, ya que se compila todo el registro de la vegetación existente en el territorio nacional. Además, menciona que “es una verdadera hazaña disponer de toda la información de un país tan biodiverso como Colombia, poder analizar una formación vegetal y su relación con otras.”.

Mapa de vegetación natural, un insumo académico y de planeación

“En jornadas de recuperación o reforestación, tradicionalmente, se utilizan especies nativas y exóticas, pero con este mapa se tendrá la información técnica y científica, para orientar sobre las especies que se deben utilizar en determinado lugar con base en el tipo de vegetación natural del área correspondiente”, detalla el contratista del MADS, quien asegura que actualmente se advierte este vacío de información.

“Si bien los institutos de investigación han generado documentos, estos no abarcan los diferentes tipos de asociaciones vegetales (tipos) que hay en el país, por lo que se vio la necesidad de empezar a contactar y articularlos, para revisar la disponibilidad de dicha información y con base en eso plantear la generación del mapa de  vegetación, a escala fitogeográfica, para establecer cómo están asociadas las plantas, los “parches” o combos que forman y, de esta manera, orientar estos procesos de restauración a diferente escala.

En ese sentido, el asesor Suárez destaca que con el mapa de vegetación no se hablará solo de la restauración de bosques de roble, sino también de las especies asociadas a este como los encenillos y los pinos colombianos.

“El mapa es un insumo académico para aquellas personas que requieran hacer restauración y para quienes quieran implementar sistemas sostenibles, teniendo en cuenta que en esos parches naturales se podrá encontrar especies multipropósitos como -madera, alimentación, entre otros, con lo cual se podrá sacar un mejor provecho sin degradar los suelos.”, menciona.

Igualmente, el profesional del MADS considera importante adaptar la riqueza natural del país a las nuevas condiciones climáticas, para lo cual el mapa resulta una herramienta fundamental.

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