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Caribe, la región que ha perdido más vegetación natural

En la presentación del mapa correspondiente a la región Caribe, el biólogo John Infante recordó que la temprana intervención del territorio y de los ecosistemas de una de las zonas más heterogéneas de Colombia en materia de paisaje y vegetación empezó a darse con los procesos de colonización que se impulsaron a lo largo de los ríos Magdalena y Cauca.

Según el magíster en Biología, esta región del norte del país aparece en el mapa distribuida en varias subregiones que abarcan La Guajira, la Serranía del Perijá hasta la parte media del Cesar, la parte baja de la Serranía de San Lucas y el norte de la cordillera Occidental hasta llegar a la jurisdicción de Turbo, en Antioquia.

En el contexto de la fisiografía del Caribe se diferencian tres sectores principales, las planicies, las zonas montañosas y un componente importante de humedales, tales como la Ciénaga Grande de Lorica, La Mojana, la Ciénaga de Zapatosa y la Ciénaga Grande de Santa Marta, que figuran entre las áreas que históricamente han sido más transformadas.

El caracolí abunda en la región Caribe, pero está presente en casi todo el territorio colombiano.

De norte a sur, la región desértica del Caribe, especialmente La Guajira, muestra a los matorrales dominados por elementos como “el trupillo” (Prosopis) y a los cardonales dominados por especies de cactus (Stenocereus, Hylocereus). Otro elemento muy común en los parches de bosques ralos que se muestra en el mapa de vegetación es el “cañaguate o polvillo” (Handroanthus).

Ya en las planicies se manifiesta el dominio del árbol conocido comúnmente como “caracolí” (Anacardium excelsum), el cual aparece a lo largo de los cuerpos de agua y en zonas húmedas, en particular en las áreas de bosques de los Montes de María; se distribuye igualmente en estribaciones de las cordilleras Central y Occidental.

Los cardonales dominados por especies de cactus (Stenocereus, Hylocereus) predominan especialmente en La Guajira.

Las unidades geomorfológicas de primer orden para la región Caribe incluyen a las sierras y serranías como la Sierra Nevada de Santa Marta, serranías de Abibe, San Jerónimo-San Jacinto, Luruaco y Ayapel; también las áreas planas con vegetación abierta “sabanas o sabanales”, las llanuras aluviales y a los complejos cenagosos de los ríos Sinú, San Jorge, Cauca, Magdalena, Ranchería y Cesar; además figura la “altillanura o altillano” de Chimiquica, que alberga sedimentos del Terciario, las capas de Zambrano y ocupa la depresión gravimétrica (cuenca de Plato) más pronunciada del Caribe.

Las ciénagas actuales provienen de antiguos sistemas de paleociénagas establecidas en el territorio desde el Plioceno tardío-inicios del Cuaternario (Jaramillo et al., 2012).

En la fisiografía de la región Caribe se diferencian las planicies, que son interrumpidas por macizos montañosos como la Sierra Nevada de Santa Marta y las serranías de Macuira en La Guajira; de San Lucas y San Jacinto, en Bolívar, y de Perijá, en Cesar y en La Guajira. Estos macizos ejercen un papel fundamental en la diferenciación climática a lo largo del gradiente topográfico que se genera y originan centros de concentración de lluvias que se apartan del patrón de la planicie.

Se podría afirmar que todo el territorio de los departamentos de Córdoba, Sucre y Atlántico presenta regímenes de lluvias del tipo unimodal-biestacional con la influencia marina. La mayor parte del territorio de los departamentos del Cesar y La Guajira y varias localidades de los departamentos de Bolívar y Magdalena presentan régimen de distribución bimodal-tetraestacional que se asocian con la cercanía o influencia de los macizos, la Sierra Nevada de Santa Marta y las Serranías de Perijá, San Lucas y La Macuira.

En el Caribe también predomina un componente importante de humedales como las ciénagas de Zapatosa, de Lorica, de Zapatosa y la ciénaga Grande de Santa Marta.

En la zona norte del Caribe se presentan climas árido, semiárido y semiseco que van disminuyendo hacia el sur, donde se tornan en climas semi y ligeramente húmedo, húmedo y muy húmedo en localidades de los departamentos de Bolívar, Córdoba y Cesar (Rangel & Carvajal, 2012).

En el ordenamiento ecogeográfico de Rangel (2012) se consideraron las subregiones árido-seca, que incluye desde La Guajira hasta límites con los departamentos del Magdalena y del Cesar; zonas semihúmedas y húmedas en localidades de los departamentos de Córdoba, Magdalena (Sierra Nevada de Santa Marta), Atlántico, Sucre y Cesar (serranía de Perijá); macizos, en la Sierra Nevada de Santa Marta, Serranía de Perijá; áreas húmedas del Magdalena medio, Ciénagas del Caribe y zona húmeda-superhúmeda, del sur de Córdoba.

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